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“Cualquier dao fundado en el lenguaje no es un dao constante, cualquier cosa que se pueda calificar con palabras no es una calificación constante.
La “ausencia” nombra el principio del universo, la “presencia” nombra el origen de todas las cosas.
Por tanto: Trata la “ausencia” como constante, si deseas contemplar sus maravillas. Trata la “presencia” como constante, si deseas contemplar sus manifestaciones,
Las dos nacen unidas, pero se llaman de manera diferente, su unión habla de misterio: misterio dentro de un misterio.
El pórtico a todas las maravillas.”

“En el mundo todos reconocen lo que es ”bello” y lo juzgan “bello” y así se establece la “fealdad”; todos reconocen lo que esta “bien” y lo juzgan como “bueno” y así se establecen lo que es “no está bien”.
De aquí nace: el origen entre tener o no tener, el fin recíproco de lo difícil y de lo fácil, la forma reciproca de largo y corto, la nivelación reciproca de alto y bajo, la armonía reciproca entre tono y sonido, el seguimiento de antes y después.
Por esto, los maestros sabios moran en sus asuntos sin juzgar ni participar en las enseñanzas que están más allá de las palabras; miradas de cosas aparecen, por ellos no las juzgan, actúan pero se detienen en ellas; completan las cosas pero no se aficionan a ellas, porque no las abandonan. “

“El gran dao se expande a diestro y siniestro, miradas de cosas descansan sobre el dao durante toda su vida, aunque éste nada les enseña.
Soluciona los problemas con éxito pero no se apropia de ellos, a miríadas de cosas viste y nutre pero no se considera su señor, y por eso podemos llamarlo “insignificante”; miríadas de cosas al dao retornan y este sigue sin considerarse su señor: por eso podemos llamarlo “grande”. Porque nunca se juzga a así mismo “grande”, es capaz de perfeccionar la grandeza. “

“El dao está vacío; úsalo y no se vaciará. Un abismo de silencio!.
Pareciera el antepasado de las miríadas de cosas.
Una profundidad transparente!
Pareciera que está vagamente presente.
No se cuál es su progenie!.
E incluso pareciera que precede a Dios.”

“ El dao los genera, la potencia los eleva, las cosas los completan.
De aquí que al mirada de cosas, sin excepción, concierne todo al dao y su potencia.
Con respecto al dao, y al valor de su potencia, no obedecen órdenes, sino que son constantes en todo momento.
Por ende: el dao los genera, los eleva, los desarrolla, los educa, los ordena, los cura, y los alimenta y protege.
Los engendra, pero no reclama su propiedad; los representa, pero no los tratará como subordinados; los desarrolla, pero no ejerce control sobre ellos: a esto se le llama potencia misteriosa.”

“Camina hasta el limite vacío, conserva cuidadosamente el centro tranquilo.
Miríadas de cosas surgen al unísono, sentados esperamos su retorno.
Formas fecundas aparecen y cada una de ellas retorna a su origen.”

El retorno es “quietud”, y se le llama retornar al destino; retornar al propio destino es constancia, conocer la constancia es claridad.
La ignorancia de qué es constante conduce a riesgos injustificables.
Comprende lo constante y serás receptivo, sé receptivo y serás imparcial, se imparcial y serás exhaustivo, se exhaustivo y estar en armonía con el orden cósmico, y estarás en armonía con el dao; estarás en armonía con el dao y perdurarás.
La pérdida de tu yo no te acarreará ningún peligro.”

“Entiende el mundo sin pasar más allá de las puertas, ven al dao del orden cósmico sin quitar la vista de las ventanas: cuanto más lejos van, menos se comprenden.
De aquí que: Los maestros sabios saben sin necesidad de ir a sitio alguno, nombran sin ver, intuyen sin enjuiciar.”

Stephen Hodge. Tao te King. Ed EDAF. Madrid 2002
 
 
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